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Un nuevo pacto social:   Desafíos del sector extractivo y de energías renovables frente a la conflictividad social en Territorio.

Un nuevo pacto social:   Desafíos del sector extractivo y de energías renovables frente a la conflictividad social en Territorio.

En el epicentro de nuestra economía, el sector extractivo y el de energías renovables, ambos esenciales para lograr la transición energética, afrontan a diario los desafíos que les impone la creciente conflictividad social de los territorios donde operan.   

Si bien  el conflicto es un proceso natural y necesario para  promover el progreso y enfrentar la injusticia, la conflictividad social en territorios donde se desarrollan proyectos del sector minero energético ha tenido en los últimos años un aumento preocupante que afecta proyectos críticos y necesarios para avanzar en la hoja de ruta de la transición energética,  y garantizar el cumplimiento de metas de producción de crudo y gas. Según datos de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) la dinámica de los bloqueos a las operaciones petroleras se incrementa significativamente año a año.  A junio del 2023 se registraron 577 bloqueos que superaban en 25% los ocurridos para el mismo período del año anterior. 

Pero, ¿cómo superar estos desafíos? Algunas alternativas, desde una mirada social podrían ser: 

  • Renovar la licencia social para operar.  es necesario establecer nuevas pautas y acuerdos entre empresas y comunidades, así como reevaluar los valores y principios que han guiado esta relación, hasta ahora.  Será valioso recordar el capital social construido por muchos años y que ha permitido a empresas y comunidades crecer y transformar positivamente sus vidas y su entorno.
  • Ponerse al día.  Un análisis transparente del cumplimiento de compromisos es esencial para restaurar la confianza y dirigir el restablecimiento de las relaciones entre las empresas y las comunidades.  La transparencia y la certeza del cumplimiento de los compromisos es vital para evitar la persistencia de insatisfacciones locales.
  • Contar con terceras partes comprometidas. La presencia y el apoyo de instituciones, gobierno y terceros, como conciliadores justos y equilibrados es clave para impulsar una negociación cooperativa que brinde legitimidad y viabilidad  a los diálogos y logre la transformación positiva de los conflictos
  • Los Acuerdos de Buena Vecindad: una ruta hacia la prosperidad compartida. Para revitalizar las relaciones Empresa – Comunidad es imprescindible alcanzar acuerdos sobre los mínimos éticos esenciales que servirán como cimientos sólidos, fomentando la cordialidad y armonía necesarias para abordar las diferencias existentes.  

La imaginación moral que permite considerar posibilidades que se extienden más allá de las circunstancias dadas, los principios morales aceptados y los supuestos comunes, es fundamental para obtener una visión distinta del conflicto.   

Los acuerdos resultantes deberán beneficiar tanto a las empresas como a los grupos de interés, lo que supone renunciar a tácticas coercitivas, en una apuesta por la creación de una nueva cultura del conflicto, que tenga como premisa el interés común y la necesidad de coexistir en la sociedad, más no con la fuerza y coerción.

Solo a través de un diálogo continuo, permeado por la empatía y respaldado por un compromiso genuino de las partes,  podremos despejar el camino hacia un futuro sostenible, en el que el sector extractivo y de energías renovables sigan siendo una fuente invaluable de desarrollo y prosperidad para los territorios y el país, y brinden la confianza para avanzar de manera armónica hacia una transición energética justa y equitativa.     

 

Por Norma Sánchez M.

Directora Vínculos Sostenibles

Experta en RSE y Sostenibilidad

 

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