
Inversión Social Transformadora
En un mundo de gran incertidumbre, conflictos y ante la urgencia climática, es vital dirigir nuestros esfuerzos y recursos hacia un propósito compartido. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), más de mil millones de personas en el mundo viven en situación de pobreza multidimensional.
El sector empresarial, cada vez más consciente de su influencia en la sociedad, reconoce en la inversión social una herramienta poderosa para impulsar el crecimiento económico y el bienestar social de las comunidades donde opera. Estas inversiones no solo generan beneficios tangibles, como una mayor afinidad con los grupos de interés y una mejora en la reputación corporativa, además fomentan un entorno propicio para el desarrollo sostenible y la viabilidad del negocio.
Una encuesta realizada por Bain & Company revela que el 85% de los líderes empresariales consideran las cuestiones sociales como preocupaciones urgentes. Además, estudios de la Escuela de Negocios de Harvard sugieren que las empresas comprometidas con la responsabilidad social tienen un 55% menos de probabilidades de experimentar una caída en el valor de sus acciones.
Para asegurar que la inversión social empresarial combata eficazmente la pobreza y la desigualdad, es fundamental tener en cuenta estas consideraciones:
- Comprensión del contexto: Conocer los estudios de línea base sobre el desarrollo territorial para intervenir de manera efectiva y mejorar los indicadores de pobreza y bienestar.
- Participación ciudadana: La participación activa de la comunidad en la priorización y seguimiento de las inversiones sociales, legitima y empodera a los actores como gestores de su propio desarrollo
- Alianzas institucionales: Movilizar a las instituciones responsables del desarrollo y fomentar la colaboración entre sectores, maximiza el impacto positivo de las inversiones sociales.
- Compromiso con la Agenda 2030: Es crucial que las inversiones sociales contribuyan al logro de Objetivos del Desarrollo Sostenible, principalmente los relacionados con la superación de la pobreza, la igualdad de género y la resiliencia climática.
- Enfoque diferencial: Las inversiones sociales deberán garantizar la no discriminación e igualdad de beneficios para todos los grupos involucrados.
- Creación de valor social: Enfocarse en iniciativas que generen oportunidades para los más necesitados y les faciliten el acceso a bienes y servicios sociales prioritarios para su bienestar.
- Evaluación del impacto: Indicadores de impacto de las inversiones sociales en la mejora de la calidad de vida y la reducción de la pobreza, permitirán comprender la efectividad de las estrategias y su contribución al desarrollo sostenible.
- Comunicación de progreso: Divulgar los avances de la inversión social ayudará a promover la transparencia y la responsabilidad corporativa.
En resumen, la colaboración público-privada es esencial para construir una sociedad más justa y próspera. La erradicación de la pobreza y la desigualdad no solo impulsa el crecimiento económico, sino que también fortalece el desarrollo empresarial sostenible a largo plazo. Todos compartimos la responsabilidad de construir un futuro más inclusivo y sostenible, en el que nadie quede rezagado.
Por: Norma Sánchez Medina
Directora Vínculos Sostenibles
Experta en RSE y Sostenibilidad